Tengo que confesar que estaba un “pelín” preocupau por esta boda… Normalmente uno, que no es el mejor del mundo en nada, se preocupa antes de una boda por los detalles, por andar fino, espabilao y listo, por captar, o intentarlo por lo menos, emociones, momentos…
Y es que cuando pensamos”boda”, lo primero que se nos viene a la cabeza, quitando (la fartura y la moña) a todos es una novia y un novio? O no?
Pues esta vez no. Y si pensamos en boda gay (entre hombres)… pues podríamos caer en la tentación de hacernos una idea de lo que podría ser esa boda… y hay que sumar también a los prejucios, la inexperiencia. Yo nunca había estao en una boda así…
Bueno que me lío. Todo esto para destacar que yo estaba preocupao por hacerlo bien (un poco más que en otras bodas), sobre todo el tema “novios”, a la par que curioso por cómo iba a ser todo.
Gabino y Jonathan, a los que no conocía pero tenemos muy buenos amigos en común, se casaron el pasado mes de octubre en el Castillo de San Cucao, en Llanera.
Pero empecemos por el principio: la peluquería. Acordé con los novios que me pasaría por la peluquería aunque ellos no estuviesen (ventajas de ser hombre) a hacer fotos a su familia. En este caso a la de Gabi.
Me gustan las fotos en las peluquerías, … quizás no sean las mejores fotos del mundo, pero sirve para ir calentando, tomando el pulso a la celebración, conocer a la gente, y que te vayan conociendo a ti (bastante importante).
Las siguientes fotos, en la peluquería Xana, de Pola. Las crías, pa comerlas!
Después de la peluquería, a ver a los novios. Primero Oviedo, donde estaba Jonathan, y después Sariego, a ver a Gabino.
Vi un poco más nervioso a Gabi… JAJAJA. En estas, Jonathan vive momentos de complicidad con su hermana y su madre. Muy guapos todos!
Aquí tenemos a Gabi en su casa en Sariego. La verdad es que estaba nervioso, si… pero muy simpático. Hicimos algunas fotucas de todos los detalles, aquí tenéis una muestra.
Nos vamos pa el Castillo de San Cucao!! Llegué pronto, quería preparar la iluminación de la sala. La celebración iba a ser en una sala del Castillo acondicionada para la ocasión. La vedad que estaba chula! Muy elegante, con los detalles muy cuidaos. Muy buena impresión. Después de colocar la luz, me senté un ratín al pié de la chimenea pensando… “vaya pasada vivir aquí… menos cuando toque limpiar… ujijuijuui”.
No es por hacer la pelota ni mucho menos… pero tengo que decir que Dana, uno de los propietarios del Castillo, estuvo encantadora facilitándome el trabajo, enseñándome, y preocupándose por que yo estuviese a gusto. Hasta me ofreció un cafetín! Yo, encantau!
Llegan los invitados, llegan los novios!!! Y a la vez!! Muy guapo menos para el fotógrafo, que no se podía desdoblar!!!
La ceremonia, emotiva. Y supongo que la mayoría de nosotros, un poco curiosos…!
Anotación mental: ándate vivo en las ceremonias civiles, que pasan volando…!
Después de la ceremonia, las fotos grupales de rigor. Si estás pensando en casarte, planifica tu hora de la boda siempre para que quede una hora u hora y media de luz de día después de acabada la ceremonia. Consejo de amigo.
Aperitivo: los novios tenían ganas ya!!!
Cena, no recuerdo bien el menú… la verdad… Y es muy raro que yo me siente a cenar con los invitados en una boda… pero estos insistieron mucho, y al ser tan amigos del DJ Miguel Pika, y Laura, su esposa, pues no me quedó más remedio. La verdad que en el Castillo de San Cucao no hay fallo. Comida exquisita… y yo, que a lo mejor soy muy ignorante, sigo sorprendiendome de que pregunten uno por uno a los invitados cómo quiere el solomillo…
Por cierto, los compis de mesa, todos muy majos. Aunque no conocía personalmente a casi ninguno, si teníamos muchos amigos comunes. Me hicieron sentir uno más. Y eso se agradece. Por cierto. Ni una copina de vino tomé. A eso si. La coca zero subirá en bolsa gracias a mí.
Después de la cena, regalos a los novios, cachondeo y baile.
Y fin de fiesta con DJ Pika! No hace falta que hable de él. Ya sabéis de qué va el tema. Y ya sabéis que asegura un buen fin de fiesta.
AH! que me olvidaba! Al ser un pelín tarde la celebración, y para que los novios pudiesen disfrutar del aperitivo (que es lo más guapo de una boda), y contando además con la ventaja de que son los dos novios, que se visten mucho más rápido y con menos “ajustes” que las novias, pues decidimos hacer la sesión de posado otro día… Y ya que ellos viven fuera, y en Asturias siempre hace malo (jajaja), decidimos hacer las fotos en segundo intento un domingo que amenazaba lluvia (vamos, que llovía, pero poco) en Tazones.
Siempre que hago fotos por ahí es un poco cantazo. Si “el público” te ve con una cámara “grande y gorda”, un paraguas, o un softbox, o accesorios de fotografía variados, y ven a una modelo posando… pues es normal que se forme un corrillo supongo…
Pero si lo que fotografías son dos hombres cogidos de la mano en Tazones un domingo a la hora de comer… pues… imaginaros… Supongo que los novios estén acostumbrados a que los miren un poco más de la cuenta… no sé. También tengo que decir que yo personalmente no percibí ningún mal sentimiento hacia ellos exceptuando la curiosidad… Y sin convertir esto en un debate sobre la homofobia, yo creo que poco a poco, aunque haya por ahí carcamales, por lo menos en mi generación, algunas anteriores y todas las posteriores, esto está bastante superao no?
Se hizo lo que se pudo! QUE LLOVÍA.
Gabino y Jonathan… espero que paséis juntos todo el tiempo que queráis pasar juntos. Y que os vaya todo bien!!!
Aquí tenéis un amiguete!